Los dinosaurios saurópodos son un grupo de animales que han capturado la imaginación de científicos y amantes de los dinosaurios por igual debido a su tamaño colosal y su estilo de vida único. Estos dinosaurios herbívoros, que vivieron desde el Triásico Superior hasta el Cretácico Superior (hace aproximadamente 210 y 66 millones de años), son conocidos por su característico cuello largo, cabeza pequeña, patas gruesas y cola robusta.
Abrosaurus
Abydosaurus
Baalsaurus
Brachiosaurus
Daanosaurus
Ferganasaurus
Galeamopus
Galvesaurus
Haestasaurus
Jainosaurus
Janenschia
Macrurosaurus
Nambalia
Oceanotitan
Ohmdenosaurus
Padillasaurus
Qiaowanlong
Saltasaurus
Uberabatitan
Vahiny
Wamweracaudia
Xenoposeidon
Zapalasaurus
Tipos de Saurópodos
Existen varios tipos de saurópodos, cada uno con características distintivas. Algunos de los más conocidos incluyen el Argentinosaurus, uno de los dinosaurios más grandes que jamás haya caminado sobre la Tierra, y el Brachiosaurus, que a pesar de ser más pequeño que el Argentinosaurus, aún era un gigante, con una altura de 39 pies y un peso de 62 toneladas. Otros saurópodos notables incluyen el Camarasaurus, que compartía territorio con una variedad de otros dinosaurios herbívoros y carnívoros.
Alimentación de los Saurópodos
Los saurópodos eran herbívoros y consumían grandes cantidades de alimento, pudiendo llegar algunos a comer hasta media tonelada al día. Utilizaban sus cuellos muy largos para llegar a las copas de los árboles más altos. Sus dientes, en forma de cuchara o lápiz, no estaban diseñados para masticar, sino para agarrar el material vegetal, que luego se tragaba casi entero. Para ayudar en la digestión de este material vegetal, los saurópodos ingerían piedras denominadas gastrolitos.
Características de los Saurópodos
Los saurópodos eran dinosaurios de enormes proporciones, con patas gruesas y columnas, cuellos y colas largos, y cabezas pequeñas en relación al tamaño de su cuerpo. Eran cuadrúpedos, aunque en algunas ocasiones podían erguirse sobre sus patas traseras. Sus fosas nasales no estaban en la punta de la nariz, sino que estaban mucho más arriba del cráneo, más cerca de los ojos. El enorme torso contenía un tracto gastrointestinal muy grande que lo habría ayudado a digerir las grandes cantidades de comida que consumía.
Los saurópodos eran animales de manada, como los elefantes de hoy. Sus restos fosilizados se han encontrado en todos los continentes de la Tierra, lo que demuestra su amplia distribución durante la era de los dinosaurios.